lunes, 4 de junio de 2012

CAPITULO III.- Tribulaciones. III-4

         Ya estaba en el viejo rancho. Diez mil hectáreas de pradera, formaciones boscosas y montañas plagadas de cuevas. La vieja casa del abuelo, aún estaba en pie, pese a llevar varios años cerrada. Aquí y allá en las paredes y el porche se podían ver algunas maderas podridas o partidas, alrededor de la casa la hierba había crecido mucho. En los aleros que cubrían el porche, se habían instalado colonias de arañas. Al este de la casa principal, el tejado del viejo establo se había hundido, al sur de él los vallados, donde antaño se encerraba el ganado, solo conservaban algunos postes verticales. Los parterres, que rodeaban la casa, soportaban restos de antiguos arbustos florales. Damian se dirigió a la puerta de entrada de la casa, cuando puso el pie en uno de los escalones que subían hasta el porche, este crujió y tres o cuatro ratones de campo salieron corriendo del hueco de la escalera. Cuando nuestro amigo, estuvo frente a la puerta de entrada, saco de uno de sus bolsillos la vieja llave, la insertó en la cerradura y forcejeó varios minutos, por fin, ésta cedió y la puerta se abrió. Los goznes chirriaron y frente a Damian se mostró el viejo salón. Los sillones, donde los invitados se sentaban a hablar, fumar y beber, tenían la patas partidas. Las cortinas de rojo satén estaban rotas y descorridas, el viejo piano aún se mantenía en pie, aunque algunas teclas se habían desprendido del teclado. La vieja butaca del abuelo y la mesa  sobre la que se hallaba la vieja radio, eran los dos objetos del mobiliario que mejor parecían haber soportado el paso del tiempo y el abandono. Damian encendió la radio y a los pocos segundos empezó a oír su singular zumbido.- ¡Esto es increíble, aún funciona!.- Exclamó Damian sorprendido. Empezó a mover el dial para sintonizar algún canal. De repente, débil sonó la voz de un locutor:

              "Anoche se iniciaron los bombardeos sobre las principales ciudades  de la liga de países extremistas que financiaron, entrenaron y participaron en la planificación del atentado que destruyó la capital de nuestro país. Entre los objetivos de los bombardeos se encontraban aeropuertos, militares y civiles, fábricas, oleoductos y edificios gubernamentales y militares. Fuentes del Estado Mayor afirman que los bombardeos han sido un éxito y han alcanzado todos los objetivos seleccionados produciendo pocos daños colaterales. Dichas fuentes afirman que aún no se han hallado posibles silos que pudieran albergar misiles de largo alcance susceptibles de ser armados con cabezas nucleares. Sobre este particular los servicios de inteligencia trabajan día y noche a fin de hallar estos posibles silos. Desde la presidencia y el Estado Mayor se dan mensajes optimistas y tranquilizadores. En ellos se afirma que dichos países no tienen capacidad para lanzar un ataque masivo con misiles de largo alcance. Dicen que todos los satélites militares y radares de tierra y aire vigilan continuamente para evitar este supuesto ataque y en caso que se produjera las contramedidas necesarias, ya están tomadas.

                    En los últimos días se han detenido a varios simpatizantes de los países enemigos. Las embajadas de los países con los que estamos en guerra han sido cerradas y los trabajadores de las mismas han sido extraditados a sus países de origen. También se esta procediendo a la extradición de sujetos nacidos en estos países, se pretende con ello evitar que se cree una sexta columna dentro de nuestro país que sabotee nuestro esfuerzo bélico. Las manifestaciones en apoyo de los individuos extraditados se han sucedido en distintos puntos de nuestra patria. También ha habido varias manifestaciones en contra de la guerra y de la proliferación de armas de destrucción masiva. Algunos de nuestros aliados también han criticado la política de extradición y han aconsejado a nuestro presidente que cesen las hostilidades para llegar a acuerdos diplomáticos con los países en guerra. Nuestro presidente no da el brazo a torcer y amenaza con usar armas nucleares si se produce otro brutal atentado como el que sufrió la capital del estado.

                   Se cree que dentro de nuestro país puede haber células dormidas, bien adiestradas y financiadas que pueden perpetrar varios atentados. A este fin desde los servicios de seguridad se hace un llamamiento a la población civil para que denuncien cualquier comportamiento sospechoso, e invitan a extremar la precaución, pues en todo el país se suceden actos vandálicos. Han aumentado el número de robos a tiendas y particulares y radicales amparándose en manifestaciones pacíficas han producido altercados que han destruido mobiliario público. Por ello ayer se aprobó un Decreto Ley por el cual toda manifestación, aunque sea pacífica, se considerará ilegal y se autoriza el uso de la fuerza para disolverla. Esta ley aunque cuenta con muchos detractores, entre ellos asociaciones de defensa de los derechos civiles, entrara en vigor en breve". 

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